Narcoterrorismo es el cargo que Estados Unidos presentó por primera vez contra líderes del Cártel de Sinaloa, marcando un cambio drástico en la estrategia bilateral de seguridad.

Este martes, el Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó una acusación sin precedentes contra miembros del Cártel de Sinaloa, imputándoles cargos de narcoterrorismo. Se trata de la primera vez que se aplican cargos de este tipo desde que algunas organizaciones criminales mexicanas fueron designadas como grupos terroristas extranjeros por las autoridades estadounidenses.
Los principales señalados son Pedro Inzunza Noriega y su hijo Pedro Inzunza Coronel, quienes enfrentan cargos directos por narcoterrorismo. Además, otros cinco integrantes del grupo criminal fundado por Joaquín “El Chapo” Guzmán han sido acusados por delitos relacionados con el tráfico de drogas y el lavado de dinero.
En una conferencia de prensa, el fiscal federal para el Distrito Sur de California, Adam Gordon, declaró: “Si actúas como terrorista, no debería sorprenderte ser acusado como terrorista”. Con esta frase, dejó en claro que la persecución contra los responsables del tráfico de estupefacientes será intensa y transnacional, sin importar en qué lugar del mundo se encuentren.
Entre los elementos que justifican la acusación de narcoterrorismo se encuentra el impacto del fentanilo y otras drogas introducidas por el cártel en territorio estadounidense. Estas sustancias, según el Departamento de Justicia, son consideradas armas utilizadas para causar daño masivo, alineándose con los criterios de actos terroristas.
Víctor Cuén, fiscal auxiliar, explicó que desde la llegada de Gordon en abril, se creó una Unidad de Narcoterrorismo específica para atacar a los cárteles mexicanos. Esta nueva unidad participó activamente en la investigación y formulación de las acusaciones, lo que representa un cambio de paradigma en la cooperación de seguridad entre México y Estados Unidos.