Pandora planea ajustar precios y rutas logísticas para evitar aranceles de EE. UU., aunque esto podría costarle millones.
La joyera más grande del mundo, Pandora, se declara lista para resistir una posible guerra comercial con Estados Unidos. Ante el riesgo de nuevos aranceles que afectarían directamente su modelo de negocios, la compañía danesa ha diseñado un plan estratégico que incluye tanto un aumento en los precios como una reconfiguración de sus rutas de distribución fuera del mercado estadounidense.
Con presencia global y una cadena de suministro vasta, Pandora se prepara para redirigir sus operaciones hacia Canadá y América Latina, buscando amortiguar el impacto económico que supondrían los aranceles. Esta maniobra le permitiría mantener su presencia en América sin depender exclusivamente del comercio directo con Estados Unidos, que representa uno de sus mercados clave, pero también uno de los más inciertos ante las tensiones comerciales emergentes.
Aunque la empresa ha afirmado públicamente su capacidad de adaptación, los costos de implementar estas nuevas estrategias logísticas y comerciales podrían alcanzar varios millones de dólares. Estos gastos adicionales derivan no solo del rediseño operativo, sino también de la necesidad de reconfigurar contratos, transporte y cadenas de valor en regiones donde la marca aún se encuentra en fases de crecimiento.
Los cambios se producirían en un contexto global desafiante, donde las tensiones comerciales entre grandes potencias han obligado a muchas empresas multinacionales a modificar sus cadenas de suministro. En el caso de Pandora, cuya producción principal se encuentra en Tailandia, el traslado de productos hacia mercados alternativos representa un esfuerzo complejo, pero considerado necesario para proteger su estabilidad financiera y proyección internacional.
Pandora también ha reconocido que no descarta un ajuste en los precios de sus productos, un movimiento que podría impactar directamente al consumidor final. Sin embargo, aseguran que estas medidas serán temporales y buscan proteger el valor de la marca frente a presiones externas que escapan a su control.
Con estas acciones, la joyera danesa busca demostrar su capacidad de adaptación y resiliencia ante un escenario global cada vez más volátil, donde las decisiones políticas y económicas de las grandes potencias pueden tener repercusiones inmediatas sobre el comercio internacional.
