Petroleros de EE.UU. pidieron a Trump iniciar un panel contra México en el T-MEC por su política energética, denunciando trabas a la inversión extranjera y competencia desleal en el sector.

Empresarios del sector petrolero y gasífero en Estados Unidos han manifestado su descontento con las medidas implementadas por el Gobierno de México en materia energética y han solicitado a la administración de Donald Trump la apertura de un panel de controversia bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Su principal argumento es que las políticas mexicanas, como el control de precios de la gasolina y el fortalecimiento de empresas estatales como Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), generan condiciones de competencia desleal que afectan a las compañías estadounidenses.
En una carta enviada a Jamieson Greer, Representante Comercial de Estados Unidos, el Instituto Americano del Petróleo (API) expresó su preocupación por las reformas constitucionales en México aprobadas el 28 de noviembre de 2024, las cuales, según ellos, han complicado aún más la inversión extranjera en el sector energético. Dichas reformas exigen que las empresas privadas se asocien con Pemex para poder operar en el país, un requisito que, desde la perspectiva de los empresarios estadounidenses, desincentiva la inversión directa y limita la competencia.
Además, el API criticó la eliminación de los organismos reguladores autónomos en México y su absorción dentro de la Secretaría de Energía (Sener), lo que consideran un golpe a la transparencia y a la equidad en el sector. También denunciaron las dificultades para obtener permisos de importación de combustibles, lo que, según ellos, restringe la capacidad de las refinerías estadounidenses para abastecer el mercado mexicano.
Otro punto que ha generado molestia en la industria petrolera de EE.UU. es la fijación de precios para la gasolina en México, ya que sostienen que esta medida impide la competencia justa y favorece a Pemex en detrimento de empresas privadas. A esto se suman obstáculos para la inversión en infraestructura energética, como terminales de almacenamiento y estaciones de servicio, lo que afecta el suministro de combustibles en Norteamérica y repercute tanto en consumidores mexicanos como en fabricantes y distribuidores estadounidenses.
Ante este panorama, el API ha instado al Gobierno de Trump a hacer uso de los mecanismos del T-MEC para iniciar un proceso formal contra México. Su objetivo es revertir las políticas energéticas que consideran proteccionistas y que, según ellos, afectan la competitividad y las oportunidades de inversión en el sector energético.