Un apagón masivo en Puerto Rico dejó a 1.4 millones sin electricidad y afectó el suministro de agua a más de 224,000 personas. A pesar de los esfuerzos, la recuperación es lenta, especialmente durante la Semana Santa.
Puerto Rico enfrentó un apagón masivo el pasado miércoles que dejó a 1.4 millones de personas sin electricidad y paralizó parte de la isla, afectando principalmente a la economía local en uno de los momentos más importantes para el turismo: la Semana Santa. Según información proporcionada por la empresa eléctrica LUMA Energy, el corte de energía fue causado por una falla en el sistema de transmisión, junto con la presencia de vegetación en una de las líneas de transmisión clave entre Cambalache y Manatí. A pesar de los esfuerzos por restablecer el servicio, solo el 47 % de los usuarios había recuperado la electricidad al día siguiente.
El impacto del apagón no solo afectó a los hogares, sino que también interrumpió el suministro de agua potable. Más de 224,000 personas permanecieron sin acceso a agua al jueves por la mañana, aunque las autoridades informaron que el 83 % de los usuarios ya había recuperado el servicio. La situación sigue siendo grave, ya que más de 300,000 personas fueron afectadas temporalmente, y las autoridades continúan trabajando para restablecer los servicios básicos.
Este es el segundo apagón de gran magnitud en menos de cuatro meses, lo que ha puesto en evidencia los problemas estructurales del sistema eléctrico de Puerto Rico. A pesar de los esfuerzos de empresas privadas como LUMA Energy, que asumieron el control parcial del sistema tras el huracán María en 2017, la recuperación es lenta. El apagón también ha tenido un fuerte impacto económico, especialmente en la Semana Santa, cuando el turismo y los comercios locales son fundamentales para la isla.
La gobernadora Jenniffer González Colón, quien no estaba en la isla cuando ocurrió el apagón, se comprometió a dar más detalles conforme avanzaran los esfuerzos de recuperación. Aunque la situación ha comenzado a mejorar, la vulnerabilidad del sistema eléctrico sigue siendo un desafío significativo para Puerto Rico.
