Un ciudadano uzbeko ha sido detenido por su presunta implicación en el asesinato del general Igor Kirillov en Moscú, quien fue atacado con un dispositivo explosivo. La inteligencia ucraniana está involucrada.

Los servicios de seguridad rusos han detenido a un ciudadano uzbeko de 29 años, acusado de estar involucrado en el asesinato del general Igor Kirillov, jefe de las Fuerzas de Defensa Nucleares, Biológicas y Químicas (NBC) de Rusia. El ataque ocurrió el martes cuando un dispositivo explosivo, oculto en un monopatín, fue detonado a distancia mientras Kirillov se encontraba en el exterior de su residencia en Moscú.
Según informes, el detenido fue reclutado por la inteligencia ucraniana, lo que ha sido confirmado por una fuente ucraniana que habló con la BBC, afirmando que el asesinato fue orquestado por el servicio de seguridad de Ucrania, el SBU. Esta fuente describió a Kirillov como un «objetivo legítimo», acusándolo de crímenes de guerra y del uso masivo de armas químicas prohibidas.
El Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) reveló que el sospechoso, durante su interrogatorio, admitió haber sido reclutado por servicios especiales ucranianos. Afirmó que, siguiendo instrucciones de Ucrania, llegó a Moscú, alquiló un vehículo y vigiló la residencia de Kirillov antes de colocar el artefacto explosivo en el monopatín.

El FSB también informó que se le prometió al detenido una recompensa de 100,000 dólares y un traslado a un país europeo. Además, instaló una cámara que transmitía en vivo desde el lugar del atentado a sus contactos en Dnipro, Ucrania. Cuando Kirillov salió de su casa, el sospechoso activó la bomba.
El asesinato de Kirillov marca la muerte de la figura militar de mayor rango dentro de Rusia desde el inicio de la invasión a Ucrania hace casi tres años. Previamente, el general había sido sancionado por el Reino Unido por su supuesta implicación en el uso de armas químicas en el conflicto.
Las autoridades rusas han negado las acusaciones, afirmando que destruyeron su arsenal químico en 2017. Las imágenes del lugar del atentado muestran daños significativos en la entrada del edificio, con marcas de quemaduras y ventanas rotas, así como bolsas para cadáveres en la calle.