Rusia ataca Kiev tras incursión ucraniana con drones: cuatro muertos y múltiples heridos

El ataque ruso con misiles y drones contra Kiev y otras ciudades ucranianas deja al menos cuatro muertos; Rusia lo considera una represalia por el asalto a sus bases estratégicas.

drones

Rusia lanzó durante la madrugada del viernes uno de los bombardeos más intensos desde el inicio de la guerra contra Ucrania, atacando con una avalancha de misiles y drones que alcanzaron varios puntos del país, incluida su capital, Kiev. La ofensiva, que dejó al menos cuatro personas muertas y numerosos edificios dañados, fue presentada por Moscú como una respuesta directa al reciente ataque ucraniano con drones contra sus bases aéreas estratégicas.

Según la Fuerza Aérea Ucraniana, en aproximadamente cinco horas, Rusia disparó 407 drones y señuelos, cerca de 40 misiles de crucero y seis misiles balísticos desde diversas plataformas, tanto terrestres como marítimas y aéreas. La intensidad del ataque solo ha sido superada por otro ocurrido el fin de semana anterior, cuando Rusia lanzó casi 500 drones en un solo día. Kiev fue uno de los blancos principales. Durante toda la noche se escucharon las detonaciones de las defensas aéreas y los zumbidos de los drones sobrevolando la ciudad. Las fuerzas ucranianas aseguraron haber derribado 406 de los 452 vehículos aéreos lanzados, aunque estas cifras no han sido verificadas de forma independiente.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, condenó el ataque y acusó a Rusia de no cambiar su estrategia al seguir apuntando deliberadamente contra ciudades y zonas residenciales. Mientras tanto, el Ministerio de Defensa ruso justificó el ataque como represalia por lo que calificó como “actos terroristas” de Ucrania, en referencia a la destrucción de bombarderos rusos de largo alcance dentro del territorio ruso el fin de semana pasado.

Uno de los episodios más dramáticos se vivió en Kiev, donde tres rescatistas murieron mientras intentaban sofocar incendios provocados por los ataques. Además, al menos 20 personas resultaron heridas, entre ellas seis trabajadores de emergencias. En otras zonas del país también se reportaron víctimas. En Lutsk, al noroeste, un rascacielos fue alcanzado, causando la muerte de una persona y dejando al menos 27 heridos. En Ternópil, más al oeste, 11 personas resultaron heridas tras un ataque inusual en esa región, que rara vez ha sido blanco de bombardeos.

El bombardeo masivo ruso se suma a una serie de ataques aéreos constantes desde principios de año. Según Zelenski, Rusia ha arrojado más de 27.000 bombas aéreas, utilizado más de 11.000 drones Shahed, casi 9.000 drones de otros tipos y más de 700 misiles, incluyendo misiles balísticos. A su juicio, esta ofensiva responde a una reestructuración deliberada del aparato estatal y económico ruso con el objetivo de sostener una guerra de agresión a gran escala.

Mientras tanto, Ucrania ha continuado con su estrategia de represalias dentro del territorio ruso. El jueves por la noche, un ataque con drones provocó un gran incendio en un depósito de petróleo en la base aérea de Engels, en la región rusa de Sarátov. También se reportó una explosión en un aeródromo en la región de Briansk, luego de que al menos 46 drones ucranianos atacaran la zona, aunque las autoridades rusas aseguraron que no hubo víctimas.

La intensificación de los ataques ocurre en un momento en que las perspectivas para un alto el fuego siguen siendo remotas. El presidente ruso, Vladimir Putin, habría informado al expresidente Donald Trump sobre su intención de tomar represalias, según declaraciones del propio Trump, quien comparó el conflicto con una pelea entre niños que debían ser separados solo después de haber “peleado un tiempo”. Estas declaraciones, lejos de contribuir a una solución diplomática, parecen consolidar la continuidad de una guerra marcada por una creciente violencia y por ataques cada vez más profundos en ambos territorios.

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