Autoridades estadounidenses utilizaron gas lacrimógeno para dispersar a migrantes que intentaban cruzar de manera irregular por la Puerta 36 en el cruce fronterizo entre Ciudad Juárez y El Paso.
En un reciente episodio en la frontera entre México y Estados Unidos, autoridades estadounidenses tomaron medidas drásticas para controlar el cruce de migrantes. En la Puerta 36, ubicada entre Ciudad Juárez, Chihuahua, y El Paso, Texas, se reportó el uso de gas lacrimógeno y balas de gas pimienta para evitar que decenas de migrantes ingresaran de manera irregular al país.
Este incidente refleja la creciente tensión en la frontera, donde un número significativo de personas busca cruzar hacia Estados Unidos en busca de oportunidades y seguridad. La respuesta de las autoridades ha sido objeto de críticas por parte de organizaciones de derechos humanos, quienes argumentan que el uso de tales tácticas es inapropiado y puede poner en peligro a familias y niños que se encuentran en la zona.
A medida que la situación en la frontera se intensifica, el debate sobre las políticas migratorias y la forma en que se manejan los flujos de personas en busca de asilo se vuelve cada vez más relevante. Las acciones de las autoridades fronterizas continúan generando reacciones tanto dentro como fuera de Estados Unidos, resaltando la complejidad de la crisis migratoria actual.