Trump exige a Putin frenar bombardeos tras ataque letal en Kiev

Rusia bombardea Kiev causando 12 muertos, y Trump sorprende con un llamado público a Putin para detener los ataques, en medio de tensiones por negociaciones de paz.

Trump

Un devastador ataque aéreo de Rusia contra Kiev provocó la muerte de al menos 12 personas y dejó heridas a otras 90, convirtiéndose en el más letal en la capital ucraniana en casi un año. En medio de la tragedia, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, emitió una crítica poco habitual hacia Moscú, dirigiendo un mensaje directo al presidente ruso, Vladimir Putin, mediante una publicación en redes sociales: “¡PARA!”, escribió, condenando el bombardeo y calificándolo de innecesario y mal cronometrado.

Este giro en la postura de Trump se produjo apenas horas después de que arremetiera contra el mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, reflejando la volátil posición de Washington respecto al conflicto. Mientras las explosiones sacudían Kiev durante la noche, la ciudad despertó entre escombros, humo y escenas de desesperación. Un misil impactó directamente en un edificio residencial de dos pisos, destruyendo varias viviendas y dejando un paisaje desolador. En la zona, no se identificaban objetivos militares, lo que sugiere un ataque indiscriminado contra la población civil.

El presidente Zelenski, quien suspendió un viaje a Sudáfrica debido a los hechos, declaró que el ataque fue parte de una ofensiva masiva que involucró cerca de 70 misiles, incluidos proyectiles balísticos, y más de 150 drones. A su juicio, el ataque buscó presionar a Estados Unidos en el contexto de las conversaciones de paz. Zelenski insistió en que Rusia solo cedería mediante presión internacional contundente y reiteró su rechazo a cualquier acuerdo que otorgue legitimidad a las conquistas territoriales rusas.

El mismo día del ataque, la administración Trump había presionado a Ucrania para aceptar un plan de paz que beneficiaría a Moscú con el control del territorio capturado desde el inicio de la invasión a gran escala en 2022. Sin embargo, tras el bombardeo, el presidente estadounidense expresó públicamente su deseo de alcanzar un acuerdo de paz, aunque continuó criticando a Zelenski, a quien acusó de prolongar el conflicto. Trump incluso lo calificó de “incendiario”, culpándolo indirectamente del estancamiento en las negociaciones.

Desde que asumió el cargo en enero, Trump ha adoptado una postura más alineada con el Kremlin, rompiendo con el enfoque más firme del gobierno anterior. Su equipo ha sugerido repetidamente que tanto Rusia como Ucrania son responsables del estancamiento diplomático, y recientemente Estados Unidos se retiró de unas conversaciones de paz previstas en Londres.

El impacto del bombardeo fue devastador. Entre los testigos, Yevhenii Plakhotnikov relató cómo sobrevivió a la explosión que destruyó su edificio mientras ayudaba a evacuar a vecinos heridos. Tetyana Hrynenko, otra residente, describió con horror cómo la explosión arrancó las escaleras de su edificio, dejándola atrapada en el quinto piso, hasta que los propios vecinos despejaron los escombros. La tragedia personal se multiplicó entre los sobrevivientes: una familia perdió a dos hermanos jóvenes, mientras que otros esperaban noticias de seres queridos desaparecidos.

Entre ellos, compañeros y amigos del adolescente Danylo Khudya, de 17 años, realizaron una vigilia junto al edificio derruido mientras los rescatistas trabajaban contrarreloj. Su novia y amigos aguardaban con la esperanza de encontrarlo con vida. La angustia era palpable.

Funcionarios ucranianos, incluido el jefe de gabinete de Zelenski, Andriy Yermak, denunciaron el ataque como otra acción deliberada contra civiles. Al mismo tiempo, reiteraron la urgencia de reforzar las defensas aéreas de Kiev, pidiendo a Occidente una renovación urgente del suministro de sistemas antimisiles. Aunque Trump prometió hace un mes colaborar con Ucrania en la adquisición de sistemas Patriot, ahora acusa a Zelenski de buscar permanentemente “comprar misiles” y de haber “comenzado la guerra”.

Este ataque representa uno de los más mortíferos desde el bombardeo de un hospital infantil en julio pasado, que dejó más de 20 muertos en Kiev. También se han registrado recientes ataques letales en otras ciudades como Sumy y Krivói Rog.

Mientras las tareas de rescate continúan y la cifra de víctimas crece, los sobrevivientes expresan un deseo común: que la guerra termine. Pero lo que impera hoy es el desaliento. Para personas como Plakhotnikov, la situación parece un callejón sin salida: “No tiene sentido continuar la guerra —afirma—, pero tampoco es posible detenerla”.

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