Trump concretó un acuerdo comercial con Reino Unido, impulsando exportaciones agrícolas de EE.UU. y reduciendo aranceles clave, en su primera gran victoria comercial del nuevo mandato.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este jueves la firma de su primer gran acuerdo comercial en su segundo mandato, alcanzado con el Reino Unido, marcando un momento crucial en la estrategia comercial del republicano. Desde la Oficina Oval, Trump destacó que el acuerdo permitirá una mayor agilidad en los trámites aduaneros para productos estadounidenses en territorio británico y garantizó miles de millones de dólares en acceso ampliado para exportaciones de EE.UU., especialmente en el sector agrícola, como carne de res y etanol.
El Reino Unido, que actualmente figura como uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos con un comercio bilateral de aproximadamente 148 mil millones de dólares en 2024, se suma así a una nueva etapa de cooperación. Este anuncio llega apenas semanas después de que la administración Trump impusiera aumentos arancelarios a decenas de países —incluido el Reino Unido— como parte de una táctica negociadora para forjar nuevos acuerdos bilaterales.
El primer ministro británico, Keir Starmer, intervino durante la conferencia de prensa desde Londres, señalando que aún deben afinarse algunos aspectos técnicos del tratado, aunque calificó el acuerdo como una “plataforma fantástica para el futuro”. Starmer subrayó que esta alianza comercial permitirá reducir los aranceles sobre automóviles británicos del 27.5% al 10% para hasta 100 mil vehículos anuales y eliminará por completo los gravámenes sobre el acero y el aluminio británicos.
También se abrió la puerta para que los agricultores británicos accedan al mercado estadounidense sin sacrificar estándares de calidad. El año pasado, Reino Unido exportó acero por un valor de 492 millones de dólares a Estados Unidos, lo que representa un 9% de sus exportaciones totales en ese rubro.
Desde una planta de Jaguar Land Rover en West Midlands, Starmer destacó el papel estratégico del Reino Unido como un socio comercial global, con acuerdos simultáneos en marcha con India, Estados Unidos y la intención de ampliar la cooperación con la Unión Europea. También defendió su relación con Trump, argumentando que el liderazgo exige permanecer en las negociaciones y buscar resultados tangibles, no confrontaciones públicas.
El nuevo acuerdo no solo representa un triunfo diplomático para Londres, sino que también reafirma la renovada cercanía entre ambas naciones en el contexto del 80 aniversario del Día de la Victoria en Europa. En este sentido, Starmer rememoró la alianza histórica entre ambos países y recalcó que esa relación sigue vigente y fortalecida.
Para el Reino Unido, alcanzar un pacto con Washington ha sido una meta elusiva desde el Brexit. El entonces presidente Barack Obama había advertido que Londres quedaría “al final de la fila” si abandonaba la Unión Europea. Sin embargo, casi una década después, Starmer parece haber llevado al Reino Unido al frente de la línea con esta negociación.
Aunque todavía falta trabajo técnico por hacer, este acuerdo es un paso estratégico para el Reino Unido en su búsqueda de revitalización económica tras años de bajo crecimiento. La próxima meta de Starmer será reconfigurar las relaciones con Bruselas, mientras mantiene un delicado equilibrio diplomático entre las potencias globales. Según las encuestas, los británicos continúan mostrando preferencia por una mayor integración con Europa, lo que añade una dimensión política clave a las decisiones del primer ministro en el plano internacional.