Israel intercepta nueva ola de misiles iraníes mientras se disparan precios del petróleo

Israel enfrenta nuevos ataques con misiles desde Irán, elevando el conflicto regional y afectando mercados como el del petróleo, mientras crecen preocupaciones sobre las capacidades nucleares iraníes.

Israel

La tensión en Medio Oriente se intensificó este martes 17 de junio cuando las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron la detección de una nueva oleada de misiles disparados desde Irán. Según informaron, las sirenas de alerta se activaron en múltiples puntos del país, especialmente en el norte, incluida la ciudad de Haifa. Las autoridades ordenaron a la población refugiarse inmediatamente, mientras los sistemas de defensa aérea eran activados para interceptar los proyectiles.

El mapa proporcionado muestra las principales ciudades afectadas por los ataques, entre ellas Tel Aviv, Bat Yam, Tamra y Petah Tikva, además de ubicaciones en la Ribera Occidental. Estas agresiones representan una escalada directa en el conflicto entre Israel e Irán, que ya venía acumulando tensiones en semanas recientes.

En el ámbito económico, el conflicto ha generado un impacto inmediato. Los precios del petróleo registraron un alza significativa del 4.3 %, alcanzando los 74.84 dólares por barril, su nivel más alto desde enero. El crudo Brent, referente mundial, también subió más del 4 %. El temor de una interrupción en el estrecho de Ormuz, crucial para el tránsito de petróleo a nivel global, creció tras la colisión entre dos petroleros en el Golfo de Omán, un incidente aún bajo investigación pero que se atribuye a fallos de navegación.

En paralelo, el Director General del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, declaró que los recientes bombardeos israelíes han afectado significativamente varias instalaciones nucleares iraníes, aunque no han detenido por completo su capacidad de enriquecimiento de uranio. La planta de Natanz fue descrita como “completamente destruida” en su estructura superficial, y también sufrió daños críticos en sus sistemas eléctricos, comprometiendo el funcionamiento de sus centrifugadoras subterráneas.

Grossi detalló que las instalaciones de Ispahán también sufrieron daños en varios edificios, pero sus zonas subterráneas permanecen relativamente intactas. Fordow, otra instalación clave, solo presentó daños menores. Ante la pregunta de cuánto tiempo requeriría Irán para fabricar un arma nuclear, el funcionario evitó dar cifras precisas, pero descartó que fuera una cuestión de años, aunque subrayó que todo se mantiene en el terreno de la especulación.

El aumento de la violencia, la posibilidad de un conflicto militar de mayor escala y la amenaza latente del programa nuclear iraní continúan generando alarma internacional, tanto en el terreno político como en el económico.

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