Partidarios de Trump estallan por su disposición a apoyar guerra contra Irán

La posibilidad de que Trump apoye una ofensiva militar contra Irán ha desatado una fractura entre sus propios simpatizantes del movimiento MAGA.

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Una tormenta de indignación se desató en el ala conservadora estadounidense luego de que el presidente Donald Trump manifestara su disposición a apoyar a Israel en un eventual conflicto directo contra Irán, incluso mediante el envío de aviones y bombas antibúnker. La postura ha fracturado al movimiento MAGA, cuyas raíces aislacionistas se ven hoy amenazadas por esta posible incursión militar, contradictoria con una de las principales promesas de campaña de Trump: mantener a Estados Unidos fuera de guerras extranjeras.

La división entre sus seguidores se intensificó luego de una tensa entrevista entre el expresentador Tucker Carlson y el senador Ted Cruz, en la que Carlson cuestionó a Cruz por respaldar un eventual ataque sin siquiera saber la población de Irán. El breve clip del intercambio, viralizado en redes sociales, fue interpretado como un síntoma de la creciente ruptura dentro del movimiento pro-Trump. Carlson, junto con figuras como Marjorie Taylor Greene y Stephen Bannon, ha condenado con fuerza la posibilidad de involucrarse en otro conflicto bélico.

Mientras tanto, defensores tradicionales del intervencionismo republicano como el senador Lindsey Graham, respaldan la decisión de Trump y piden acciones concretas en favor de Israel. Por su parte, otros líderes conservadores alertan que una ofensiva militar en Medio Oriente podría dividir irremediablemente a la coalición que sostiene al actual presidente.

La tensión crece luego de que Israel lanzara ataques contra instalaciones y líderes militares iraníes, lo que ha elevado las expectativas sobre una respuesta de Washington. A la par, Irán se ha negado rotundamente a negociar bajo presión y ha lanzado duras advertencias a Trump tras sus recientes declaraciones en redes sociales.

A pesar de la presión, Trump mantiene el suspenso. Dijo a la prensa que aún no ha decidido si Estados Unidos se involucrará directamente: “Puede que lo haga, puede que no. Nadie sabe lo que voy a hacer”, aseguró.

La confusión entre los simpatizantes del movimiento MAGA es palpable. Mientras algunos argumentan que ayudar a Israel también representa una forma de evitar una guerra prolongada, otros consideran que cualquier ataque sería una traición al principio de «Estados Unidos Primero» que Trump usó para diferenciarse de los halcones neoconservadores en su ascenso al poder en 2016.

Incluso voces de la izquierda, como el demócrata Ro Khanna, se han unido a legisladores conservadores como Thomas Massie para exigir que cualquier ofensiva contra Irán sea previamente autorizada por el Congreso. Esta inusual alianza revela la gravedad del momento y la creciente desconfianza hacia una posible intervención.

Trump parece consciente del dilema. Mientras se enfrenta a crecientes divisiones internas, sabe que cualquier decisión será vista como la auténtica definición del trumpismo actual: una mezcla de pragmatismo político, impulsividad y cálculo electoral.

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