Con respaldo de Clara Brugada y sindicatos, arrancaron foros para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas; proponen gradualidad, incentivos fiscales y enfoque por sectores.

Este jueves comenzó en la Ciudad de México la serie de foros nacionales sobre la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales, una propuesta que ha cobrado fuerza con el respaldo de sindicatos, expertos y representantes de organismos internacionales. La apertura estuvo encabezada por el secretario del Trabajo y Previsión Social, Marath Bolaños, quien subrayó que esta medida histórica será construida “de forma colaborativa” con todos los sectores.
El foro, realizado en el Museo de la Ciudad de México, reunió a representantes patronales, sindicatos y funcionarios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Se presentaron propuestas como iniciar con una reducción de una hora, otorgar incentivos fiscales a empresas, priorizar sectores con alta carga física y permitir que los propios sindicatos negocien la implementación.
La jefa de Gobierno electa, Clara Brugada, expresó su respaldo total a la iniciativa, sumándose a voces como la del diputado Napoleón Gómez Urrutia, quien pidió no postergar más la reforma y propuso una implementación completa en 2027. Recordó que los trabajadores mexicanos laboran más horas al año que en otras naciones y sufren consecuencias como estrés, enfermedades cardiovasculares y falta de tiempo para la vida personal.
Por su parte, el titular de la STPS argumentó que reducir la jornada beneficiaría la productividad, disminuiría los accidentes laborales y mejoraría la salud mental de los trabajadores. Citó estudios que asocian jornadas mayores a 40 horas con mayores tasas de depresión, ansiedad y trastornos del sueño.
Pedro Américo Furtado de Oliveira, de la OIT, planteó una implementación gradual por tipo de industria o riesgo físico, destacando que México dedica un 26.6 % más de tiempo al trabajo que el promedio de los países miembros de la OCDE. Habló del fenómeno de “pobreza de tiempo”, donde las personas carecen de horas para ocio, descanso y cuidado personal, impactando su bienestar integral.
El sector empresarial, representado por Francisco Cervantes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), apoyó una reducción inicial de una hora, señalando que podría beneficiar al 77 % de los trabajadores con un impacto económico manejable. No obstante, advirtió que una aplicación indiscriminada podría provocar una caída de hasta -6.7 % del PIB o una inflación de 3.3 % si no se consideran medidas complementarias.
Cervantes propuso una aplicación diferenciada de la reforma, según sector y tamaño de empresa, e incorporar esquemas flexibles en la jornada. Desde la Confederación de Trabajadores de México también se pidió una implementación gradual de dos años, elevar la reforma a nivel constitucional y garantizar que no se afecten los ingresos laborales. Además, propusieron una prima sabatina y mantener el pago por 56 horas trabajadas aun cuando se laboren 40.
Este fue el primero de seis foros que se realizarán en distintas ciudades del país hasta el 7 de julio, siendo Monterrey la próxima sede. Estos espacios buscan construir un consenso para avanzar en una de las reformas laborales más esperadas del país.