El expresidente boliviano Evo Morales es acusado de trata de personas por una relación con una menor en 2015. La Fiscalía busca su detención preventiva ante el riesgo de fuga.
Evo Morales, el expresidente de Bolivia, se enfrenta a graves acusaciones de trata de personas, un caso que ha generado controversia y debate en el país. La investigación, que comenzó en septiembre de 2024, se centra en la supuesta relación sentimental que Morales mantuvo con una menor en 2015, de la cual nació una niña en enero de 2016, según reportes de la Agencia Boliviana de Información (ABI).
Morales ha rechazado enérgicamente las acusaciones, calificándolas de parte de una «guerra sucia» orquestada por las autoridades para obstaculizar su posible candidatura en las elecciones presidenciales de 2025. La Fiscalía, sin embargo, ha defendido la objetividad de su investigación, afirmando que existen suficientes elementos de convicción para proceder.
Además de Morales, la Fiscalía también ha emitido una orden de captura contra Idelsa Pozo Saavedra, la madre de la menor involucrada, por el mismo delito. A pesar de ser citados a declarar en varias ocasiones, tanto Morales como Pozo no se han presentado a las audiencias programadas.
El 14 de enero, Morales no asistió a una audiencia cautelar, alegando problemas de salud. La audiencia fue reprogramada para el 17 de enero, y el juez le otorgó 48 horas para demostrar su condición médica. La fiscal Sandra Gutiérrez advirtió que si el exmandatario no se presenta, podría ser declarado en rebeldía y se emitiría un nuevo mandato de aprehensión.
La Fiscalía del departamento de Tarija busca la detención preventiva de Morales, argumentando un «riesgo de fuga». La situación ha llevado a un clima de incertidumbre sobre el futuro político del exmandatario, mientras la justicia boliviana continúa con su proceso.
CNN ha intentado obtener comentarios de los representantes de Evo Morales, pero no ha habido respuesta hasta el momento.