Migrantes de Venezuela y Colombia, después de enfrentar la dura realidad de las políticas de asilo de EE. UU., están emprendiendo el camino de regreso a sus países. Muchos han perdido la esperanza tras meses de espera y dificultades en su intento de obtener asilo.
El fenómeno del «flujo migratorio inverso» se ha intensificado en los últimos meses, con migrantes de naciones andinas como Venezuela y Colombia regresando a sus países tras haber cruzado el peligroso tapón del Darién en su búsqueda de asilo en Estados Unidos. La dura ofensiva del expresidente Donald Trump contra el asilo ha llevado a muchos a darse por vencidos.
La Ruta de Regreso
El pasado domingo, un grupo de 20 migrantes venezolanos, entre ellos 16 adultos y cuatro niños, partió en una embarcación de la costa caribeña de Panamá. Su trayecto, de unas ocho horas, los llevaría a otro puerto panameño antes de continuar hacia Colombia. Sin embargo, no todos los viajes han sido seguros; un bote que zarpó de la comarca indígena de Guna Yala naufragó, resultando en la trágica muerte de una niña venezolana de 8 años.
Cambios en el Tráfico de Migrantes
La ruta marítima que antes era utilizada por contrabandistas para facilitar el paso de migrantes ha cambiado drásticamente. Con el colapso de gran parte de la industria del tráfico de migrantes por el Darién, algunos contrabandistas ahora están aprovechando la migración inversa, cobrando altos precios para llevar a los migrantes de regreso a sus países.
Políticas de Inmigración de EE. UU.
Muchos de estos migrantes habían esperado meses, incluso más de un año, para solicitar asilo formal en EE. UU. a través de la aplicación CBP One, que fue suspendida por Trump al asumir el cargo el 20 de enero. Esta decisión dejó a muchos sin opciones y sin esperanzas de lograr su sueño americano.
Inversiones y Desesperación
Algunos migrantes han gastado casi todos sus ahorros en el intento de llegar a EE. UU. y ahora están invirtiendo lo poco que les queda en su viaje de regreso, utilizando aplicaciones de transferencia de dinero como Zelle. La situación actual refleja la desilusión y el sufrimiento de aquellos que una vez soñaron con un futuro mejor en el norte, pero que ahora enfrentan la dura realidad de regresar a casa.