El activista Gabino Gómez desmintió al fiscal de Chihuahua al afirmar que en la entidad existen ranchos similares al Izaguirre. Confirmó que al menos cuatro chihuahuenses desaparecidos podrían estar vinculados con dicho predio en Jalisco.

El defensor de derechos humanos Gabino Gómez refutó las declaraciones del fiscal general de Chihuahua, César Jáuregui, quien había negado la existencia de ranchos clandestinos similares a Izaguirre en la entidad. Gómez aseguró que en Chihuahua ya se han descubierto lugares con las mismas características y reveló que al menos cuatro personas desaparecidas, originarias de diferentes municipios del estado, podrían estar relacionadas con el Rancho Izaguirre, ubicado en Jalisco.
El activista explicó que tiene conocimiento de cuatro familias chihuahuenses cuyos seres queridos viajaron a Guadalajara y desaparecieron sin dejar rastro. Ante esta situación, se determinó que es altamente probable que esas personas se encuentren en el rancho mencionado. Entre los casos reportados hay habitantes de Chihuahua capital, Peral, El Vergel, Balleza y Valle de Allende.
Gómez recordó que en el estado de Chihuahua se han localizado predios similares con antecedentes de violencia extrema y desapariciones masivas. Uno de los casos más impactantes es el del Rancho Dolores, en Cuauhtémoc, donde en 2011 fueron hallados restos humanos calcinados. De las personas localizadas, solo 28 pudieron ser identificadas, mientras que el resto permanece sin reconocimiento debido al deterioro de los cuerpos.
Otro sitio emblemático de la crisis forense en el estado es el tiro de mina de Santa Eulalia, un pozo de 350 metros de profundidad utilizado como fosa clandestina. Gómez destacó las dificultades que enfrentaron las autoridades para recuperar restos en ese lugar debido a la falta de equipo y personal especializado.
Más recientemente, el Rancho del Willy, en Casas Grandes, expuso nuevamente la magnitud del problema. En este sitio se han encontrado restos de al menos 92 personas, pero solo 14 han sido identificados hasta ahora. Otros 19 están en proceso de identificación, mientras que el resto continúa sin nombre.
A pesar de reconocer el esfuerzo de las autoridades en la búsqueda y localización de restos humanos, el activista subrayó que aún hay deficiencias en los procesos de identificación forense. Destacó que para las familias de las víctimas, la desaparición es un sufrimiento constante, ya que la incertidumbre sobre el paradero de sus seres queridos les impide cerrar el ciclo. Sin embargo, cuando logren obtener respuestas, aunque sean dolorosas, experimentarán un cambio significativo en su duelo.
«Es un impacto fuerte, pero también hay consuelo. Por lo menos ya saben qué pasó con su ser querido», concluyó Gómez, resaltando la importancia de continuar con los esfuerzos para la identificación de personas desaparecidas y el esclarecimiento de estos casos.