Trump calificó a Claudia Sheinbaum como una “mujer fantástica” durante una reunión en la Casa Blanca, aunque defendió aranceles que frenaron inversiones en México, afirmando “no quiero dañar a México”.
Durante una reciente reunión con su gabinete en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sorprendió al expresar elogios hacia la presidenta de México, Claudia Sheinbaum. En sus declaraciones ante los medios, Trump describió a Sheinbaum como una “mujer fantástica” y “muy elegante”, destacando la relación cordial que, según él, ha sostenido con la mandataria mexicana.
El presidente estadounidense enfatizó que ha mantenido “muchas conversaciones” con Sheinbaum y que ella ha sido “muy amable” en todo momento. Sin embargo, sus declaraciones amistosas fueron acompañadas por un recordatorio de su postura comercial: Trump aseguró que su política de aranceles ha logrado que tres plantas automotrices, originalmente planeadas para instalarse en México, se trasladen a Estados Unidos.
A pesar del posible impacto de estas medidas en la economía mexicana, Trump buscó suavizar su postura afirmando que no tiene intenciones de perjudicar al país vecino. “No quiero afectar a México, me gusta México”, declaró, intentando balancear sus elogios con la defensa de sus políticas económicas.
El mandatario aprovechó también para criticar a su predecesor, Joe Biden, culpándolo de haber permitido que esas inversiones salieran originalmente del país. Trump argumentó que su administración está “corrigiendo errores del pasado” y recuperando empleos perdidos, especialmente en sectores estratégicos como la industria automotriz.
El contraste entre los elogios personales a Sheinbaum y las implicaciones de su política comercial evidencian una dualidad en el discurso de Trump, que mezcla diplomacia con nacionalismo económico.
