La sequía en Chihuahua podría recibir alivio, ya que se esperan lluvias a partir de la segunda quincena de mayo, según modelos de Conagua y expertos locales.

El estado de Chihuahua ha estado bajo los efectos de una severa sequía desde 2023, impactando fuertemente tanto al sector agrícola como al abasto de agua para la población. No obstante, las condiciones climáticas podrían experimentar un cambio positivo en los próximos días, ya que se prevén lluvias hacia finales del mes de mayo, lo que representa una posible ruptura en la racha de sequedad que ha predominado en la región.
De acuerdo con el más reciente pronóstico de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Chihuahua podría recibir alrededor de 12.4 milímetros de lluvia durante mayo. Aunque esta cantidad no parece elevada, representa un incremento del 109.7% respecto al promedio histórico para este mes, que suele registrar solo 11.3 mm, siendo uno de los periodos más secos del año en la entidad.
Los modelos meteorológicos, incluidos los analizados por el sitio especializado Chihuahua Tiempo Severo, respaldan esta previsión y estiman que las primeras lluvias significativas podrían comenzar a registrarse en la segunda mitad de mayo. Estas precipitaciones llegarían en un momento crítico, brindando un respiro a comunidades que han lidiado con escasez de agua y afectaciones en la producción agrícola.
Este panorama más favorable se vincula a la transición climática del fenómeno de La Niña hacia una fase neutra, lo cual está modificando los patrones de lluvia y temperatura en el estado. Aunque se han registrado temperaturas superiores a los 35 °C durante abril y mayo, los frentes fríos podrían mantenerse activos por más tiempo, generando así condiciones propicias para lluvias e incluso algunas granizadas en regiones específicas.
Ante esta situación, tanto autoridades como especialistas piden a la población mantenerse atentos a los reportes oficiales del clima y prepararse para los posibles cambios bruscos en el tiempo. Esta vigilancia es crucial, sobre todo considerando que más del 90% del territorio estatal permanece bajo algún nivel de sequía, con extensas zonas clasificadas como de sequía extrema.
De confirmarse los pronósticos, las lluvias no solo mejorarían las condiciones ambientales y agrícolas, sino que podrían marcar el inicio de una recuperación paulatina frente a la prolongada crisis hídrica que ha afectado a Chihuahua en los últimos años.