Irán lanzó misiles contra la base de EE.UU. en Qatar sin causar bajas; el conflicto con Israel escala y crecen las tensiones en Medio Oriente.
En una nueva escalada de tensiones en Medio Oriente, Irán lanzó un ataque con misiles contra la base militar estadounidense de Al Udeid en Qatar, considerada una de las más importantes de Estados Unidos en la región. El régimen persa confirmó la ofensiva a través de la Guardia Revolucionaria, detallando que fue una respuesta directa a los bombardeos realizados por EE.UU. contra tres instalaciones nucleares iraníes el pasado domingo.
Las autoridades cataríes informaron que todos los proyectiles fueron interceptados antes de alcanzar su objetivo, y el gobierno de Estados Unidos confirmó que no se registraron heridos ni daños materiales significativos. El ataque se produjo en medio de una creciente ola de violencia en la región, vinculada al conflicto de 11 días entre Israel e Irán, cuyas consecuencias se están expandiendo hacia otros actores internacionales.
Mientras tanto, Israel intensificó sus operaciones militares en territorio iraní, apuntando no solo a infraestructuras estratégicas, sino también a lugares con alto valor simbólico. Entre los blancos atacados destacan instalaciones militares clave y la entrada de la prisión de Evin, reconocida mundialmente por albergar a presos políticos y ciudadanos extranjeros. A pesar de los bombardeos, funcionarios israelíes subrayaron que su intención no es derrocar al régimen iraní, sino degradar su capacidad militar con ataques selectivos.
En el terreno político, el expresidente Donald Trump intervino en el debate al sugerir abiertamente, a través de su plataforma Truth Social, la posibilidad de impulsar un cambio de régimen en Irán. Su declaración encendió aún más los ánimos en Teherán, donde se respondió con la llamada “Operación Promesa Verdadera 3”, una nueva ola de misiles y drones dirigida a las ciudades israelíes de Tel Aviv y Haifa.
La situación genera una creciente preocupación internacional, con líderes como el senador estadounidense Marco Rubio pidiendo a China ejercer presión diplomática sobre Irán para evitar el cierre del estratégico Estrecho de Ormuz, una ruta crítica para el comercio global de petróleo.
Aunque el último ataque iraní no causó bajas, su simbolismo es claro: la confrontación regional ya involucra directamente a potencias militares como Estados Unidos e Israel, y el riesgo de un conflicto de mayor escala parece cada vez más cercano.
