Las presas de Chihuahua se encuentran casi vacías debido a la sequía extrema, aunque se esperan lluvias por encima del promedio a partir de junio.
El estado de Chihuahua enfrenta una de sus etapas más críticas en cuanto al abasto de agua, pues actualmente más de la mitad de su territorio —un 55.2%— está clasificado con sequía extrema, según el monitoreo de la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Esta situación ha impactado directamente a sectores clave como la agricultura y la ganadería, afectando la economía local y generando una urgente necesidad de soluciones.
Sin embargo, hay un rayo de esperanza. De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), se prevé una temporada de lluvias superior a la media en la entidad durante los meses de junio y julio. Así lo dio a conocer Fabián Vázquez Romaña, director del SMN, durante la Reunión Nacional de Protección Civil para la Temporada de Lluvias y Ciclones Tropicales 2025. Las precipitaciones beneficiarían principalmente a las cuencas de los ríos Conchos y San Pedro, vitales para la recarga de las presas más importantes del estado: La Boquilla y Francisco I. Madero.
Los pronósticos señalan que el centro, sur y suroeste del estado podrían recibir entre 35 y 100 milímetros de lluvia, con mayor intensidad en zonas cercanas a la Sierra Tarahumara. Específicamente, municipios como Jiménez y Parral podrían ver aumentos de hasta 100 milímetros por encima del promedio habitual, lo que representa un incremento del 175% respecto a años anteriores en algunas regiones.
Pese a este pronóstico alentador, las autoridades advierten que una buena temporada no será suficiente para revertir los efectos acumulados de la sequía. Las cifras oficiales del Sistema Nacional de Información del Agua muestran que, al corte del 22 de mayo de 2025, las principales presas de Chihuahua están muy lejos de alcanzar niveles óptimos. Algunas, como Las Lajas y El Tintero, apenas llegan al 7.3% y 9.5% de su capacidad, respectivamente. Incluso La Boquilla, la más grande del estado, se encuentra apenas al 14.7% de su capacidad de almacenamiento.
Otras presas también muestran niveles preocupantes: Las Vírgenes al 11.7%, Abraham González al 16.1%, y Chihuahua al 43.2%. Solo unas pocas, como Piedras Azules (71.7%) y Pico del Águila (67.7%), registran niveles más estables, aunque siguen sin garantizar una recuperación sostenida.
La llegada de lluvias sin duda será un alivio parcial, pero expertos y autoridades coinciden en que se requiere una estrategia integral a largo plazo para enfrentar la escasez de agua en el estado. Mientras tanto, la vigilancia y el monitoreo constante seguirán siendo fundamentales para mitigar los efectos de una sequía que ya ha dejado huella en el campo chihuahuense.
