Los recibos térmicos contienen químicos como el BPS, asociados a problemas hormonales y reproductivos. Especialistas recomiendan limitar el contacto frecuente.

El papel térmico utilizado para imprimir la mayoría de los recibos que recibimos en tiendas y supermercados puede contener sustancias químicas que plantean riesgos potenciales para la salud. Entre ellas se encuentran el bisfenol A (BPA) y su sustituto más reciente, el bisfenol S (BPS), ambos conocidos por su capacidad para alterar el sistema endocrino humano.
Aunque el BPA fue ampliamente utilizado en el pasado, la mayoría de los recibos actuales en países como Estados Unidos ya no lo incluyen, siendo reemplazado por el BPS. Sin embargo, investigaciones recientes indican que el BPS también imita el comportamiento del estrógeno, una hormona clave en muchos procesos del cuerpo, y podría estar asociado con problemas reproductivos, resistencia a la insulina, obesidad, e incluso ciertos tipos de cáncer.
Estudios en animales han mostrado que niveles comparables a los que enfrentan los humanos diariamente pueden reducir la fertilidad, mientras que análisis en mujeres embarazadas en China encontraron una asociación entre niveles altos de BPS y un incremento del 68% en la probabilidad de desarrollar diabetes gestacional. California ha catalogado recientemente al BPS como una sustancia tóxica para la reproducción.
Los especialistas coinciden en que tocar un recibo por unos segundos no representa un peligro inmediato, pero la exposición frecuente —como la que enfrentan cajeros o empleados de tiendas— sí podría acumular efectos adversos a largo plazo. Tanto el BPA como el BPS pueden ser absorbidos a través de la piel en cuestión de horas, especialmente si se usa desinfectante de manos, lo que incrementa la penetración de estos químicos.
Para reducir el riesgo, se recomienda limitar el contacto con los recibos, evitar el uso de sanitizantes tras manipularlos, y lavarse las manos con agua y jabón lo antes posible. En contextos laborales, el uso de guantes de nitrilo puede ser una medida preventiva útil. Además, optar por recibos electrónicos, cuando estén disponibles, es una alternativa segura tanto para consumidores como para empleados.
Si bien no hay pruebas concluyentes de que tocar ocasionalmente un recibo cause directamente problemas de salud, los expertos sugieren que hay suficiente evidencia para adoptar precauciones razonables y reducir el contacto prolongado o repetido con estos papeles, especialmente por parte de personas vulnerables como niños o embarazadas.