La Asamblea Feminista del Estado de Chihuahua condenó la violencia policial contra manifestantes durante el 8M, respaldó las acciones del Bloque Negro y denunció un «mensaje de terrorismo de Estado».
La Asamblea Feminista del Estado de Chihuahua (AFECH) ha expresado su firme repudio ante los actos de violencia perpetrados por la policía estatal contra los manifestantes durante la conmemoración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. La AFECH denunció que la reacción violenta de la policía y las autoridades contra las mujeres, en su mayoría jóvenes marcadas por la violencia, constituye un intento de aleccionamiento y un mensaje de «terrorismo de Estado».
La asamblea respaldó las acciones del Bloque Negro durante la marcha, argumentando que las mujeres enfrentan una violencia estructural y brutal. En su pronunciamiento oficial, la AFECH declaró: «Apoyamos la lucha de las jóvenes feministas que buscan visibilizar las múltiples formas de violencia que vivimos diariamente, agravadas por la falta de respuestas efectivas de las autoridades».
La AFECH denunció que las mujeres en Chihuahua viven bajo constantes ataques en sus hogares, calles, escuelas, universidades y lugares de trabajo, y que las instituciones encargadas de impartir justicia a menudo las dejan desamparadas. En este contexto, consideren que las acciones del Bloque Negro son una respuesta legítima ante la invisibilización y el agotamiento de esperar respuestas institucionales.
La AFECH también criticó las detenciones arbitrarias durante las protestas, pero afirmó que cuentan con procedimientos, protocolos y redes de apoyo para reaccionar rápidamente ante estas situaciones. «Siempre estaremos con las jóvenes que hoy enfrentan la represión y el miedo, porque entendemos que, en esta lucha, lo primero son las mujeres y luego las paredes», señaló.
La AFECH concluyó su comunicado asegurando que las mujeres en la primera línea de acción cuentan con el respaldo de quienes han estado en su lugar antes, y que solo juntas lograrán transformar esta realidad. «Las paredes pueden ser reparadas, pero nuestras vidas y nuestros derechos no tienen precio», afirmaron.
