Una tormenta de arena captada por satélite en Chihuahua refleja la peor temporada de polvo en El Paso y la región desde los años 30, según la NASA.
Una tormenta de arena de gran magnitud sorprendió recientemente al estado de Chihuahua, afectando desde Ciudad Juárez hasta zonas del sur del estado. El fenómeno, registrado el 19 de abril, obligó al cierre de varias carreteras y dejó como secuela una calidad del aire extremadamente mala en la ciudad de Chihuahua, agravada por un incendio en el relleno sanitario local. La NASA, a través de su satélite Aqua y su instrumento MODIS, captó el 27 de abril una imagen que evidencia la magnitud de la tormenta y su dispersión de partículas en la región fronteriza entre México y Estados Unidos.
Este evento no es aislado. De acuerdo con Thomas Gill, científico ambiental de la Universidad de Texas en El Paso, esta temporada de tormentas de polvo es una de las más intensas registradas desde la década de 1930. En lo que va del año, El Paso ha sufrido ya diez tormentas de polvo significativas, una cifra que contrasta con el promedio anual de apenas 1.8 tormentas. Las partículas, provenientes de lagos secos y suelos áridos del norte de Chihuahua y de Nuevo México, han reducido la visibilidad a menos de 800 metros en varios momentos del año.
Según Adam Voilan, editor del Observatorio de la Tierra de la NASA, los meses de marzo, abril y mayo son los más activos en cuanto a la presencia de polvo suspendido en esta zona del desierto. Sin embargo, este 2025 ha sido particularmente severo debido a condiciones climáticas extremas. Gill advierte que la región está atravesando la peor sequía en al menos una década, y que marzo fue el mes más ventoso de los últimos 50 años, lo que ha potenciado el levantamiento de polvo y partículas en la atmósfera.
El fenómeno ha llevado a expertos a hacer comparaciones con el histórico “Dust Bowl” de los años 30, cuando prácticas agrícolas intensivas, sequías prolongadas y temperaturas elevadas provocaron tormentas de polvo devastadoras en las Grandes Llanuras de Estados Unidos. Durante 1935 y 1936, El Paso registró 13 y 11 tormentas, respectivamente, una marca que parece estar cerca de repetirse en este año, de acuerdo con los reportes actuales.
Estas condiciones extremas no solo representan un desafío para la salud pública y la movilidad, sino que también evidencian los efectos combinados del cambio climático y la gestión ambiental en zonas áridas. Los datos satelitales y el monitoreo científico permiten dimensionar la gravedad del fenómeno y alertar sobre la necesidad de atender las causas estructurales de esta crisis climática regional.
