Aunque la exportación de ganado mexicano podría reanudarse en semanas, Texas mantendrá cerradas sus fronteras con Chihuahua por el riesgo del gusano barrenador del ganado.
La exportación de ganado mexicano a Estados Unidos podría reanudarse en las próximas semanas, de acuerdo con estimaciones de autoridades agrícolas estadounidenses. Sin embargo, las estaciones cuarentenarias ubicadas en la frontera de Chihuahua con Texas continuarán cerradas como medida preventiva para evitar la propagación del gusano barrenador del ganado (GBG), una plaga que representa una amenaza para la industria cárnica estadounidense.
Según informó Teto Medina Wallace, gerente de Santa Teresa Livestock Auction, esta posibilidad se desprende de las recientes declaraciones de Brooke Rollings, secretaria del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, quien expresó interés en reabrir las exportaciones ganaderas tras una visita conjunta del USDA y del Servicio de Inspección Sanitaria de Plantas y Animales (APHIS) a territorio mexicano. No obstante, aún no hay una fecha concreta para reactivar el flujo comercial.
A pesar del optimismo expresado por Rollings, el comisionado de Agricultura de Texas, Sid Miller, fue claro al afirmar que los cruces fronterizos del estado permanecerán cerrados hasta que la infestación por GBG disminuya de forma significativa y se revierta su patrón de dispersión, que actualmente avanza del sur al norte. Miller subrayó que se trata de una medida vital para proteger la integridad de la industria pecuaria texana.
El poblado de Brownsville, en Texas, se encuentra a poco más de 600 millas de la fuente de infección en México, lo que ha intensificado la preocupación en torno a una eventual propagación. Mientras tanto, los ganaderos mexicanos deberán explorar rutas alternas a través de estados como Nuevo México y Arizona.
En Nuevo México, la opción más factible es la estación de San Jerónimo, donde hasta mayo pasado cruzaban más de 2 mil 500 cabezas de ganado. Otra posibilidad es la estación de Palomas, colindante con Columbus, aunque permanece inactiva por falta de personal del lado estadounidense. En Arizona, los cruces más viables se localizan en Douglas y Tucson, colindantes con Agua Prieta y Nogales, respectivamente.
Teto Medina estimó que podría concretarse una reapertura parcial en un lapso de entre tres a cuatro semanas, lo que aliviaría en parte la presión económica sobre los ganaderos, aunque sin resolver del todo las limitaciones impuestas en Chihuahua, donde la frontera con Texas permanecerá cerrada por tiempo indefinido.
